Odio que siempre haya alguien que es mejor que yo
Así que si es tan buena/o, que escriba un subtítulo ocurrente a esto en mi lugar.
A veces me siento tan pequeña que quepo en una mano de alguien más poderosa/o que yo. No cuida de mí, ni me mece al son del viento. Solo duda de si cerrar el puño o no. De si aplastarme o dejarme existir. Y esta dinámica de poder es demasiado recurrente en mi cotidianidad.
Sé que esta no es la primera vez que el autosabotaje aparece por aquí. Le he dado mil vueltas a lo mismo y, lejos de ver otros puntos de vista, he acabado mareada de tanto girar sobre mí misma. Pero, esta vez, creo que la sensación que estoy tratando no es esa sino la de la aceptación de que siempre habrá gente mucho mejor que yo en todos los aspectos.
Es una realidad. Puedo ser la mayor fan de mí misma, pero eso no me exime de que en cualquier otra parte del mundo haya alguien que esté haciendo mejor que yo aquello en lo que yo creo tener un don (pero debo decir que aún no he dado con él, aunque acostarme a horas intempestivas se me da genial y puede ser considerado un talento). ¿Cómo se vive sabiendo eso?
Siempre habrá alguien más lista, más interesante, más guapa, más creativa, más leal, más divertida, más buena, más capaz, más todo. Más todo lo que yo siempre quiera ser. ¿Esa persona también sentirá esto mismo o será consciente de sus capacidades? ¿El síndrome del impostor también visita a las personas más talentosas del mundo? Espero que no, qué injusto.
Cada vez que veo algo fascinante me fustigo por no haberlo hecho yo. No contemplo las cosas desde la admiración, sino desde la autoexigencia de por qué no han salido de mí. Por qué a mí no se me han ocurrido antes. Por qué tengo que ser testigo en vez de un agente activo de aquello que anhelo. Por qué tengo que seguir demostrando que soy mejor que otras/os.
¿A quién intento demostrárselo exactamente? No estoy tan comprometida conmigo misma, tiene que haber algo más. Y diría que lo he encontrado.
La trascendencia. Me aterra pensar en que habrá un día en el que no estaré y nadie sabrá que he estado. Mi recuerdo desaparecerá con la última persona que me conozca casi del mismo modo en el que todas/os nos olvidamos ya de los Sonny Angels. Dará igual si he sobresalido en algo o no, pero parece que si eso ocurre hay más posibilidades de al menos dejar un legado. Algo que me perpetúe cuando no esté como si el mundo necesitase para algo una prueba que corrobore mi paso por él.
A veces pienso que soy demasiado egocéntrica a pesar de ser consciente de que no soy la mejor en nada.
Sin embargo, en los momentos en los que practico la autocompasión, me susurro a mí misma que destacar en un mundo mediocre solo me convertiría en una más de lo que huyo. Puede sonar condescendiente, pero no es un pensamiento que surja desde la superioridad moral sino desde algún espacio recóndito de mi inconsciente que intenta recordarme que ser yo es suficiente. Al menos para aquello que sí es para mí. Al menos para quienes sí me consideren la mejor en ciertos aspectos, aunque no lo hagan desde la objetividad.
Aunque me estimen desde el aprecio. Aunque invalide en cierto modo su criterio por ser consciente de lo condicionado que está. Aunque sepa que ni ellas/os ni yo estamos equivocadas/os al respecto a pesar de estar en las antípodas.
A veces me pregunto si esta sensación está condicionada por la experiencia femenina (no me malinterpretes, ya sabes lo que pienso sobre el género y no voy a hacer un discurso que tome como eje la “feminidad”) de estar en una competición constante. De no ser nunca válida ni suficiente. De ver a las demás como rivales en todo momento por la necesidad de ser vista y ser “la” y no “una más”.
Mientras que a una mitad del mundo eso no le preocupa y puede encontrar el éxito en la mediocridad, al reto nos toca ser brillantes o morir en el intento para pasar sin pena (pero también sin gloria). Nos afilan las garras con discursos que señalan a enemigas imaginarias hasta que se convierten en un blanco en la diana que sí es real.
Nos incitan a odiar a toda aquella que ponga en riesgo el status que hemos alcanzado a través del alzamiento sobre las demás. A la que es más lista, más interesante, más guapa, más creativa, más leal, más divertida, más buena, más capaz, más todo. Porque siempre te recordarán que existe y que esa nunca serás tú. Y que, aún así, no se te perdonará jamás que no lo seas.
Sé que me recordarán que siempre habrá alguien mejor que yo y acabaré creyendo en ello con fervor. Sin cuestionármelo. Aceptándolo como una voz que sale de mí.
Aunque en el fondo sepa que nadie jamás será mejor que yo en aquello que implique ser yo (como gastar de más o encontrar los nichos más demenciales de TikTok).
PD: hola de nuevo. Espero que estés bien y que tu semana esté yendo genial (a pesar de que muy probablemente te estés muriendo de calor). Aprovecho la posdata para hacerte un friendly reminder de que, aunque no seas la/el mejor del universo, estás aquí y eso sí que te hace mejor que el 90 % de la población (al menos desde mi punto de vista).
También aprovecho para recordarte que la próxima semana nos leemos antes (el lunes 21). No será una carta de odio ni tendrá la estructura de siempre porque será mi newsletter de cumpleaños. Ojalá te guste (en serio, necesito tu validación externa).
Cosas en las que pensaba que era invencible pero tuve una dosis de realidad en la que mi ego se esfumó por completo
Supongo que aceptar que no seré nunca la mejor en nada también implica chocar de lleno con esas pequeñas cosas que te lo recuerdan en el día a día. El tener el mismo ego que un hombre hetero mediocre me hace estar ante este conflicto interno constantemente, pero es lo que hay. Ya me toca espabilar. En fin, te dejo por aquí una selección sin ningún tipo de orden de aquello en lo que pensaba que era genial y luego me di cuenta de que no era así.
Ser la mejor chef de pasta carbonara. No lo soy. Nadie te hará una pasta carbonara mejor que un manipulador emocional que dice que “sabe cocinar”. Es broma, no lo he comprobado pero, ¿por qué este meme es tan recurrente en redes? Por algo será. Total, que teniendo en cuenta que la hago con nata y que quito la grasa del bacon (es decir, el 80 % del producto) porque me da repelús, es evidente que no soy la mejor en esto. Eso sí, a mí me gusta y me queda rica.
Ser inmune al jet lag. Debo decir que en realidad sí que lo soy, pero a medias. Pese a todas mis vueltas intercontinentales nunca he tenido sensación de jet lag y me he adaptado bien a los horarios por muy diferentes que sean. Supongo que eso se debe a que no duermo y a que tengo horarios extraños de forma habitual, aunque de repente un día de la nada me venga una oleada de sueño y acabe echándome una siesta de 4 horas un martes laboral. En ese momento es en el que decae mi poder.
No creerme el love bombing. Caí. Soy genial e intensa, claro que me creo que alguien se enamore de mí en dos interacciones. No, ya en serio, es increíble la dosis de realidad que te da caer en algo que siempre tratas con superioridad moral. Te hace vulnerable y te muestra que eres igual de mundana/o que el resto del mundo. Por suerte, hace mil que ya no estoy en esos juegos (menos mal, es agotador).
Pensar que se me da bien escribir. A ver, me gusta lo que escribo y aquí ni siquiera pretendo escribir bien sino, más bien, replicar mi manera de pensar y de hablar. Aún así, cuando me meto a Substack leo artículos increíbles, tanto por la forma en la que están escritos como por el contenido en sí, y me hacen pensar que hay gente talentosísima por ahí que aún es desconocida y que solo necesita ser descubierta por las personas adecuadas.
Creer que solo necesito un tutorial de YouTube y un sueño para ser autodidacta de lo que sea. Pese a que la premisa es terrible, he de decir que muchas veces ha sido efectiva. Eso sí, no he logrado alcanzar el éxito en eso de aprender a tocar la guitarra (bien), intentar hacer modelado 3D o programar cosas complejas con esta técnica.
Y a ti, ¿qué cosas te han recordado que no eres tan buena/o como creías y te han acercado un poco a la realidad? Cuéntame, ya sabes que me encanta el cotilleo.
Cotilleos de la semana
La actualidad de esta semana ha sido un circo (una vez más). Entre fiestas de cumpleaños cuestionables, lanzamientos de música terrible y embarazos interminables hemos estado bastante entretenidas/os aquellos que estamos crónicamente online. En fin, vamos con ello.
Estos días fue el 18º cumpleaños de Lamine Yamal. Como ya sabrás, no te traigo esta noticia como curiosidad deportiva porque a mí el fútbol me da igual. La fiesta de celebración ha generado muchísima controversia porque básicamente contrató a prostitutas y a enanos (¿recibiría invitación Pablo Motos?) para que estuvieran allí, la temática era inspiración gángster e incluso la tarta estaba decorada con pistolas, cadenas de oro y fichas de casino. En fin, todo un cuadro. Además, la gente se ha echado las manos a la cabeza porque, siendo un referente para los niños, tiene pinta de que va a seguir el camino de los típicos futbolistas de vidas de excesos que ya conocemos. En fin, un circo. Eso sí, a la fiesta también fueron famosos un tanto cuestionables aceptando semejante invitación, entre los que destacan Illo Juan, Lola Índigo, Quevedo o Bad Gyal. De verdad, cada cosa que sé sobre este cumpleaños es en contra de mi voluntad.
Rihanna ha vuelto a hacer una aparición pública en el estreno de la película de Los Pitufos de la que ha hecho la canción. Ha aparecido en el photocall con sus hijos y un bombo porque se ve que música no saca, pero bebés va a uno por año. Qué tía… La de trabajar no se la sabe (o no quiere sabérsela).
Siguiendo con la temática musical, Justin Bieber ha sacado música. Su nuevo álbum se llama SWAG (ya me jodería llamarlo así en 2025) y lo que más me sorprende es que haya gente escuchándolo. No diré que Justin no es talentoso (jamás me meteré con la mitad de Beauty and a Beat), pero es tan problemático desde los tiempos en los que dejó de tener el pelo cortado con un tazón. De hecho, Hailey Bieber es igual de problemática que él. Subió una story para anunciar el lanzamiento y puso algo de que el resto de mortales somos unas/os perdedoras/es cuando quien lo es es ella teniendo que seguirle el juego a su marido loco solo porque es una fan obsesionada con él. Upsi, pero es que el lore de esto es increíble.
Hablando de fans obsesionadas, estoy dando volteretas con la historia de Tania y Lydia Lozano. Si no has llegado a ese lado de TikTok, estás de suerte. Básicamente, Tania es una fan loca que está obsesionada por alguna razón que todo el mundo desconoce con Lydia Lozano (sí, la de Sálvame y todas esas movidas). Total, que la propia Lydia la conoce porque ha ido 4 veces en el mismo día a la firma de su libro y no deja de acosar y mandarle mensajes hasta el punto de que la tiene bloqueada. Bueno, pues para ganarse su desbloqueo, le compuso una canción que ahora se ha convertido en un trend de nicho de gays and girls y que la gente está utilizando para invitar a Lydia a esconderse en sus casas para que Tania no la encuentre. La cosa es que, de alguna manera, Tania está encontrando todos esos vídeos aunque no esté mencionada ni nada y comentando en ellos si ella puede ir también. Está absolutamente desquiciada… Pero la gente que le sigue el rollo un poco también.
Volviendo al panorama serio, ¿estás viendo toda la movida de Torre Pacheco? Básicamente hay gente que está saliendo de “caza de moros” (evidentemente no es un término acuñado por mí, sino el que utilizan ellas/os) yendo a por personas migrantes de forma indiscriminada para pegarle tras el suceso (literalmente aislado) de un grupo que pegó a un anciano. Total, que los grupos de ultraderecha han cogido ese hecho para salir a la calle a ser abiertamente racistas y ejercer violencia porque sí. Flipo con el mundo que se está quedando… Y del poder de los discursos reaccionarios para movilizar y crear este tipo de situaciones.
También han pasado más cosas como que Demi Lovato va a sacar nueva música, que la semana pasada fue el Mad Cool en Madrid y se fue la música cuando Gracie Abrams salió así que tuvo que improvisar, que Severance es la serie más nominada a los Emmys de este año (tiene 27), que Sylvanian Families ha denunciado a la cuenta de Sylvanian Drama por sacar dinero de las historias que hace con sus muñecos (ya me jodería, #libertadsylvaniandrama) o que se cumplen 13 años del lanzamiento del Gangnam Style de PSY.
Recomendaciones
Esta semana he sido adicta a internet (sí, más aún). Por ello, diría que casi todo lo que te traigo es la consecuencia de haber estado 24/7 absolutamente desquiciada y pegada al móvil. Espero que lo valores (aunque sea vergonzoso).
Aunque Madrid es mi ciudad amada y la que siento como hogar, ya te he contado en innumerables ocasiones que soy provinciana. En concreto, de (un pueblo) de Toledo. Por eso, encontrarme con este vídeo de PutoMikel sobre el parque temático que hay en la ciudad que me vio nacer se llevó automáticamente mi clic. ¿El resultado? No he estado en Puy Du Fou pero, viendo el panorama, no creo que me encuentres por allí. Básicamente dice que, aunque a nivel espectáculo sea increíble, revisa la historia de España de una forma un poco cuestionable, los fundadores del parque son unos aristócratas franceses ultracatólicos que hacen propaganda de ello y las/os trabajadoras/es tienen unas condiciones laborales pésimas. Eso sí, tienes que ver el vídeo porque merece la pena.
El algoritmo de YouTube siguió haciendo de las suyas y de ahí pasó al canal de Gonza TV 2.0. Hace 24 horas no sabía quién era esta persona y ahora siento que quiero ser su mejor amiga (solo durante un día). En especial, me hizo gracia este vídeo en el que hace una tier list de los negocios de influencers que fracasaron. La verdad es que me sorprende lo poco asesoradas/os que están algunas/os teniendo en cuenta el dinero que tienen. Qué circo.
TikTok tampoco se ha quedado atrás esta semana. No sé cómo he acabado viendo estos vídeos rarísimos generados por IA que comenta este tío, pero me hace tanta gracia cómo los narra. En fin, supongo que una vez más queda demostrado que el toque humano es el que da la gracia. No me juzgues, ya sé que este contenido es terrible pero te sorprendería saber las cosas que me hacen reír en mis momentos de desquicie.
Tiktok failed to load.
Enable 3rd party cookies or use another browserSé que aún queda un montón, pero he visto que Netflix va a sacar esta serie, Long Short Story, y me muero de ganas de verla. Es del creador de Bojack Horseman (así que supongo que me espera un bajonazo terrible) y se supone que va de la trayectoria de unos hermanos desde que son pequeños hasta la actualidad. Sale el 22 de agosto así que probablemente en un mes vuelva por aquí para comentar impresiones contigo.
Tienes que darte una ducha. Sé que esta recomendación es súper random y ni siquiera es una indirecta hacia tu higiene personal. Date una ducha para estimular tu creatividad. No sé si ya te lo había contado, pero la ducha es sin duda el lugar predilecto de mis ideas. Todas las buenas se me ocurren ahí de nada cuando menos lo esperaba (o cuando me sentía más frustrada por su ausencia). Si estás pasando por un bloqueo creativo, definitivamente esta es la solución que estás buscando. Eso sí, tampoco estés una hora… Que es poco eco-friendly.
Ya vendré en las siguientes cartas de odio con más recomendaciones (puede que mejores)… Ten paciencia.
Teletienda
De verdad, nunca dejaré de estar fascinada ante los artículos que se esconden en nuestro bazar digital de confianza. Me da igual si son obra de la IA o de la mente humana, solo espero que nunca terminen de generarlos. Vamos a echar un vistazo a los que te traigo hoy.



Espero que si alguien te invita a comer y tiene este mantel de Minecraft sepas que estás ante el amor de tu vida. O ante el/la mayor friki que conocerás jamás, ¿pero no es lo mismo? En fin, no sé quién tendría eso de forma no irónica más allá de Willyrex cuando aún no intentaba engañar a niñas/os con estafas piramidales, pero wow.
Estoy segura de que si ves a una moderna con este vestido de corderitos te parecería increíble. Sé que en esta foto no luce mucho pero creo que puede quedar bien si tienes la visión. Personalmente, no sé si la tengo…
Me gusta la estética de estos llaveros que replican los mensajes de Windows. Siento que la UX de antes era más original porque el minimalismo lo ha inundado todo y ha hecho que todo lo que tenemos presente en el día a día carezca de personalidad. Me jode.
Y eso es todo.
Nos vemos la semana que viene. No te desuscribas, pls. De aquí a final de año, si te quedas:
✅ Habrás aprendido un montón de cosas random 🤓
✅ Serás la persona más al día de tus amigas/os 💅🏻
✅ Habré encontrado la forma de monetizar esto y me estarás pagando un yate sin saberlo 💸
Chaoooooo, volveré por aquí el próximo lunes (sí, esta vez nos veremos un poco antes con motivo de mi cumpleaños). Te odio <3
Ui, a mi, de cosas en las que tuve una dosis de realidad quizas para mi fué entrar en el Bachillerato Artístico y ver que havia gente super talentosa! Aunque también aprendí que hay muchas maneras de hacer arte y no tiene que ser perfecto, pero ver a gente con mejor tecnica pues me humilizó.
Con lo de Lamine Yamal también he flipado, si es que solo es un crío, deberia asesorarse mejor y ser más discreto o acabará como Maradona.
No he ido nunca al Puy du fou porque me parece una charcada maxima, no tiene mucho sentido un parque que no te cuente bien los hechos historicos (pa eso que digan directamente que es todo ficción) y ya si encima las condiciones de los trabajadores son malas, pues no voy a fomentar esa explotación.
Por último, me hizo mucha gracia y he pensado que a lo mejor a ti tambien, que hace unos dias vi que han sacado peluches y cartas del italian brainrot!!! No se si en EEUU han llegado tambien!
uf, y esa sensación de sentirme una impostora por tener el síndrome del impostor... he tenido que aprender, por mi bien, a transformar la envidia que me dan las personas que hacen cosas mejor que yo en motivación para hacerlo mejor, porque si no me comía el autosabotaje. En escribir (tus cartas son motivación), pero sobre todo en mi trabajo/estudios... cómo odio necesitar validación externa, ugh.
Luego me recuerdo que hay gente aún más mediocre que yo y se lanza a cosas que a mí me daría vergüenza hasta plantearme. Es que es justo esto, ya lo siento: "El tener el mismo ego que un hombre hetero mediocre me hace estar ante este conflicto interno constantemente, pero es lo que hay."